EL DIÁLOGO.
El diálogo y las expresiones de buen trato.
El diálogo es una de las formas de comunicación que con mayor frecuencia utilizamos. Dialogar es conversar.
Siempre debemos tener presente las reglas básicas de diálogo, como saludar y despedirnos, hablar con cortesía
y respeto, escuchar, esperar el momento para pariticipar sin interrumpir a las otras personas.
En el diálogo es tan importante hablar con el tono y palabras adecuadas como escuchar con atención.
En toda comunicación es importante utilizar palabras y expresiones de buen trato que demuestren nuestro respeto por las personas con quienes nos comunicamos.
Aunque no estemos de acuerdo con las opiniones o acciones de otra persona, debemos mantener una actitud tranquila.
1. Dialoga con un compañero o compañera del curso acerca de sus actividades favoritas. Tengan en cuenta las reglas básicas del diálogo.
2. Escribe algunas reglas básicas que hay en tu familia para dialogar.
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3. Completa cada oración con la palabra adecuada.
*por favor *¿Cómo estás? *discúlpame
• Buenos días, ______________________.
• ______________________, pásame el libro que está en la maleta.
• Madre, _________________ por llegar tarde.
Comadreja y la familia Armadillo.

Papá Armadillo vivía en compañía de Doña Armadilla y sus hijas Armadilla Melada y Armadillita Gris. Ellas habían hermoseado la cueva con flores, festones y plumas recogidas en el monte. Todo era paz en aquella casita hasta el día en que al otro lado del árbol vino a vivir la Comadreja.
Cuando llegó de visita a casa de la familia Armadillo, con muchos halagos empezó a alabar el orden, el aseo y el buen gusto de la señora; a las Armadillitas les dijo que eran primorosas y que eran las niñas más educadas que conocía. Mamá Armadilla halagada, la invitó a almorzar, y por la tarde, a dar un paseo.
Desde entonces, la entrometida Comadreja no dejó a la familia ni a sol ni a sombra.
—Que haga el favor de prestarme un poco de sal; que su cedazo para cernir la guayaba; que un asiento para una visita que me llega; que Armadillita Gris me traiga un poco de agua. A estas molestias continuas se agregaron los chismes. —Estoy furiosa —decía la hipócrita— porque la Coneja dijo que ustedes son unos orgullosos y la Zorra dice que le dijeron que don Armadillo es un vago.
La casa se volvió un infierno, papá no iba sino a horas de comida; las niñas se salían a corretear mientras mamá recibía la visita de la vecina y Armadilla Melada aprovechaba para ir a la huerta a conversar con Armadillo Negro, su novio. La señora Armadilla estaba desesperada
y no encontraba medio de salir de su inoportuna amiga.
La familia tuvo una junta para idear el medio de salir de la chismosa. Después de muchas cavilaciones, la Armadilla más pequeña, dijo:
—Como al único animal al que la Comadreja le teme es al perro cazador, propongo que consigamos uno que venga a vivir unos días con nosotros.
—¡Magnífica idea! —repuso papá—, pero ¿dónde conseguirlo?
—Eso es cosa mía —contestó la Armadillita y salió corriendo a la casa de una Lora amiga y le dijo: —Necesito que me consigas un perro cazador.
La Lora y la Armadilla se dirigieron a una hacienda de caña; cerca del trapiche estaba echada una perra amarilla; la Lora trepó a un árbol y empezó a decir: ¡Hola, amiga doña Perra!
—¡Hola! amiga Lorita; ¿cómo estás? ¿En qué puedo servirte? Esta, como buena charlatana que era, le echó todo el cuento.
La Perra, después de breves instantes, expuso las condiciones en que aceptaba la propuesta: yo voy a la casa de la familia Armadillo durante ocho días y me comprometo a sacar de en medio a la Comadreja, pero que papá Armadillo me garantice un hueso al día y buena cama. ¡Acepto!, dijo la Armadilla.
Un día, papá salió y volvió con un hueso; al pasar por la ventana de doña Comadreja, esta lo atajó diciéndole: —¡Ay!, don Armadillo; qué hueso más delicioso; hoy como que hay banquete en su casa, ¿no convida? —Por supuesto —contestó malicioso, queda invitada. —Muchas gracias. No faltaré.
Llegó muy puntual. Estaban tomando la sopa cuando golpearon a la puerta. Armadillita fue presurosa a abrir y abrazando a la Perra que llegaba, exclamó: —¡Cuánto tiempo sin verla!,
¿se quedará unos días con nosotros, verdad? —Ya lo creo, estuve mala y el médico me aconsejó los aires de la montaña y pensé que con ustedes podría estar muy bien, y aquí me tienen.
La Comadreja paraba las orejas para no perder palabra; cuando apareció la Perra, por poco se desmaya. La Perra fue invitada a almorzar. Ella que se sienta y la Comadreja que se levanta.
—Ustedes van a perdonar que me retire, pero recuerdo que me llega un pariente. Feliz día —y salió disparada.
Después de almorzar fueron todos a dar un paseo, menos mamá. Vino entonces la Comadreja llorando y le contó que tenía que irse del pueblo porque su abuela estaba gravemente enferma, y se marchó corriendo.
María Eastman
ACTIVIDADES.
1. Relaciona cada palabra de la derecha con el sinónimo correspondiente de la izquierda, según la lectura.
Halagos Afanada
Educadas Elogios
Presurosa Respetuosas
2. Elabora un dibujo que corresponda a cada oración.
*La Comadreja paraba las orejas para no perder palabra del diálogo.
*La señora Armadilla no encontraba cómo salir de su inoportuna amiga.
*Cerca del trapiche estaba echada una perra amarilla.
3. Describe los siguientes personajes, señalando lo positivo que tienen y qué aspectos deberían mejorar.
*Comadreja.
*Familia Armadillo.
*Perra cazadora.